AUTOAYUDA
EL SECRETO DE LA FELICIDAD
NILDA MACÍAS
(Planeta - Buenos Aires)
La lectura de este libro me produjo sentimientos encontrados. Mi primera reacción fue de animosidad; acostumbrada a otro tipo de textos, pensé que un libro de autoayuda es conceptualmente pobre, lleno de lugares comunes, carente de creatividad; por tanto, no es útil a nadie. Si además se propone -como en este caso- desarrollar principios de sabiduría ancestral obtenidos de la llamada Filosofía Hermética que viene desde los egipcios, el sentimiento de absurdo se adueña de nosotros. El nombre del libro nos hace pensar en un imposible: el secreto para ser felices es leer y seguir las indicaciones del Corpus Hermeticum o Hermetismo, conjunto de enseñanzas atribuidas a Hermes Trimegisto o Hermes Tres veces grande, un dios griego equivalente al Dios egipcio Thoth. Se trata, en realidad -esto no se dice en el libro, naturalmente- de un conjunto de escritos sobre magia, alquimia, astrología, tratados de filosofía, química, biología, etc, que ejercieron influencias en un momento de fragilidad de la tradición racionalista griega. Hubo dos corrientes dentro del Hermetismo -que en el Renacimiento aparecen con fuerza-: una más racional, griega, y una mística, que provenía de la tradición egipcia.
Camino de salvación
En este libro, paradójicamente, las leyes de la felicidad dejan de ser fórmulas secretas y sólo para elegidos y se revelan, a través de su autora, quien recibe una particular energía mientras lo escribe. Es un camino de salvación; un conócete a ti mismo que dice: mire señor y/o señora, si usted piensa de este modo, si atiende a su espíritu y no a su ego, si sigue las siete leyes esenciales de la filosofía Hermética, puede ser feliz. Este conocimiento sólo puede ser entendido con la inspiración de Hermes. Entonces, ¿cómo hacer para comprenderlos? Leer este libro. Sin embargo, al cabo de estos comentarios un tanto irónicos, tuve una reflexión de otra índole. La frase mística: "Sólo cuando los oídos del discípulo están listos para oír, llega la voz del maestro a llenarlos de sabiduría" me hizo pensar que existen razones muy poderosas -más allá de las económicas de la editorial- como soledad, incomprensión, desamor, por la cual mucha gente demanda estos libros. Y esas razones deben ser escuchadas por todos nosotros. No importa de dónde llegan las palabras que dotan de sentido la existencia; si se las encuentra, bienvenida sea esta sencilla felicidad.
© LA GACETA
Cristina Bulacio